EUROPA
PRESS
12 octubre
2018
Por
qué la pseudociencia ha hecho tanto daño a la Medicina
A finales de septiembre cerca de 400
médicos y científicos enviaron una misiva a la ministra de Sanidad, María Luisa
Carcedo, alertándole de que las pseudociencias
o terapias alternativas matan, unas prácticas que, según alertan, han llevado a
miles de enfermos a la muerte en España y se siguen llevando a la práctica con
total impunidad.
Y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos
(CGCOM) ha instado al Ministerio y a las diferentes comunidades autónomas a un
pronunciamiento "expreso e inmediato" contra estas prácticas que
"están generando tan graves problemas para su salud personal y para la
salud pública en general".
La ministra ha adelantado en el Congreso que su departamento
está trabajando en una estrategia contra la homeopatía y las pseudociencias. "Ya estamos trabajando en el asunto,
tanto en la homeopatía como en las pseudociencias con
el Ministerio de Ciencia", ha aseverado la ministra.
Según denuncian, son practicadas por personas que no son
médicos "pero ejercen con impunidad desde centros que incumplen la
legislación de centros sanitarios" o bien son médicos colegiados que
actúan con el conocimiento de los colegios médicos, que les permiten
"seguir engañando a enfermos graves y llevarlos, en el mejor de los casos,
a caer en un engaño, o en el peor, a la muerte".
Es más, rechazan que estas "mal llamadas terapias
alternativas", que van más allá de la homeopatía, presentan más
posibilidades de morir a los pacientes, no sólo carecen de evidencia de
científica sino que, en numerosos casos, van en contra de ella. Por ello han
reclamado a la cartera de Sanidad que promueva la elaboración de nuevas
normativas que protejan los derechos del enfermo y de la familia.
Recientemente han salido a la luz los casos de Mario
Rodríguez, un joven de 21 años con leucemia que en 2014 renunció a su
tratamiento de quimioterapia guiado por un curandero que decía superar esta
enfermedad con vitaminas. Murió a los 6 meses. O el de Rosa Morillo, una
economista de 43 años que decidió tratar su cáncer de mama con homeopatía y a
los 3 años falleció. Por desgracia no son los únicos casos. Son miles a día de
hoy.
Desde Inglaterra visitó hace poco España el profesor Edzard Ernst, profesor emérito de Medicina, que desde hace
años escribe en la prensa británica con frecuencia en contra de estas pseudoterapias. En 2015 ganó el prestigioso premio John Maddox por la Defensa de la Ciencia.
En concreto presentó su libro 'Un científico en el País de
las Maravillas' (Next Door Publishers), un manual que ofrece una cruda reflexión sobre
el daño que ha causado la pseudociencia en el campo de la Medicina y que tuvo
muchísima repercusión en Gran Bretaña cuando se publicó.
Edzard Ernst se licenció en Medicina
en Alemania, donde también completó su tesis médica y su tesis doctoral. Fue
profesor de Medicina Física y Rehabilitación (MFR) en la Escuela de Medicina de
Hannover (Alemania) y jefe del departamento de MFR en la Universidad de Viena
(Austria). Llegó a la Universidad de Exeter (Reino
Unido) en 1993 para instaurar la primera Cátedra de Medicina Complementaria.
Era la primera cátedra del mundo en Medicina alternativa.
"Se trata de un ámbito de la Medicina que nunca se
había estudiado de forma sistemática y que estaba casi enteramente dominado por
fervientes partidarios y entusiastas declarados, el más famoso de ellos el
Príncipe Carlos de Inglaterra. Muchos de ellos mostraban una actitud
abiertamente hostil y anticientífica hacia el estudio objetivo de sus terapias
predilectas. Me quedé asombrado ante el grado de ferocidad que los partidarios
de la Medicina alternativa desplegaron con tal de mantener sus terapias
protegidas de cualquier escrutinio", advierte en el libro.
En una entrevista con Infosalus,
Ernst confiesa que la medicina alternativa o las pseudociencias,
como su propio nombre indica, se trata de
"ciencia falsa" y como tal, dice que "daña todo lo que significa
la ciencia".
"Ser médico y trabajar como científico no solamente me
ha dado la posibilidad de denunciar la peligrosa y creciente influencia de la
pseudociencia en la medicina, sino que también, paradójicamente, me ha
proporcionado la motivación y la entereza para mirar atrás, con serenidad,
hacia el pasado inasumible", afirma.
Entre las tres principales prácticas fraudulentas de la
medicina alternativa, este profesor emérito de Medicina alerta sobre la
homeopatía, "ya que no tiene efectos más allá del placebo"; de la
quiropráctica, ya que "puede causar un daño significativo"; así como
de la mayor parte de los suplementos dietéticos que, a su juicio, "son
inútiles".
Es más, subraya que hay que tener mucho cuidado con los
tratamientos naturales ya que estos no están exentos de daño. "No están
probados al 100% por lo que no están libres de riesgos. La etiqueta 'natural'
es meramente un truco comercial", advierte.
En su libro afirma también que administrar placebos a
pacientes enfermos puede ser poco ético y, además, peligroso, según confiesa
porque dar placebos quita a los pacientes de la oportunidad de recibir
tratamientos efectivos. "También puede ser dañino si el paciente está
seriamente enfermo y necesita de una terapia efectiva", señala Ernst.
Por otro lado, considera que la comunidad científica sigue
promocionando las terapias alternativas, a pesar de que se suele desconocer
cuan eficaces y seguras son, porque hay mucho dinero alrededor de ellas, lo que
hace que los consumidores se gasten muchísimo dinero en estas "terapias
inefectivas".
En algunas ocasiones, cuando se realizan estudios
científicos sobre este tipo de terapias y los resultados no son muy
favorecedores, algunos prescriptores y usuarios de
las mismas aducen que la ciencia contemporánea no está preparada para evaluar
este tipo de terapias, y que las pruebas científicas a las que se están
sometiendo dichas terapias no son "justas" o no pueden evaluar los
efectos de las mismas.
Preguntado por este asunto, Ernst destaca que siempre cada
afirmación terapéutica puede y debe estar comprobada. "Para aquellas
afirmaciones de que los test no son ciertos yo siempre replico: diseña tú un
test que sea justo y riguroso".
Por otro lado, cuando se pretende evaluar la evidencia
científica en torno a este tipo de terapias, sus defensores (y en ocasiones sus
usuarios) suelen argumentar, además, que las bases de datos biomédicas no
albergan estudios de terapias alternativas y que, por lo tanto, la evaluación
de las pruebas es parcial y no incluye todos los estudios realizados.
"Basta con ir a portales médicos en Internet para encontrar
miles de estudios de medicina alternativa. El problema no es la falta de
investigaciones sino que los resultados no confirman las esperanzas y creencias
de los que creen en la pseudociencia o medicina alternativa porque los estudios
más importantes y seguros tienden a obtener resultados negativos frente a estas
practicas alternativas", alerta el experto.